lunes, 6 de febrero de 2017

AMIGO MUNDO

Todo esto empieza un día en que una niña llamada Clara, vivía en una isla llena de luz llamada Cerdeña. Clara era una niña bonita, con el pelo negro, la piel morena y muchas pecas.

Su vida era tranquila, y su fruta preferida eran las cerezas. Le gustaban, ya que se acordaba siempre de esta frase: cereza tras cereza, pasaban el otoño y el invierno y volvía la primavera.

Corría si era de día, dormía cuando estaba cansada, le gustaban los cuentos y no le tenía miedo a nada. Pero un día, su mamá cayó enferma de repente y toda la casa se quedó muy callada. Nadie gritaba, nadie contaba cuentos pero, sobre todo, nadie decía cuándo se iba a curar su madre.

Clara, muy negativa y asustada, pensó si su madre se moriría, pero ella pensaba en los momentos buenos que tendría que pasar con ella. Por ejemplo, su mamá tenía que contar todavía muchas cerezas con ella, contarle muchos cuentos.....

Después pensó en un sueño que tuvo. Se trataba de un niño, que recorría el mundo buscando la flor del mañana, que hacía nacer un día detrás de otro....

Así que, decidió ir en busca de esa flor y ponerla junto a su mamá, para que llegase mañana, y luego otra mañana, y todas las cerezas del mundo entero.

Una tarde luminosa, se marchó. Siguió un camino con curvas y, sin darse cuenta, se encontró en medio del campo.

Ella se imaginaba que el campo era una hermosa mujer cubierta de matas, arbustos y toda la vegetación.

Clara le preguntó dónde estaba la flor del mañana y................

Si quieres saber más, leer es lo que tienes que hacer.

A mí me ha encantado esta historia, ya que es la vida en un cuento y refleja mucho la imaginación y la infancia.

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