Willy Wonka, un fabricante de chocolate, hace una especie de sorteo que trata de ganar una visita a su fábrica, y ese sorteo está incluido en sus paquetes de chocolate. Si te toca en el chocolate un billete dorado, eres uno de los elegidos.
Charlie Bucket, un niño de pocos años, deseaba que le tocase ese billete dorado. Era fan de ese chocolate y de Willy Wonka, como su abuelo. Un día, el abuelo de Charlie Bucket le habló del sorteo y él, emocionado, le dio las pocas monedas que ahorraba para casos importantes, para que comprase esa tableta de chocolate de Willy Wonka, para ver si le tocaba. Ellos eran una familia muy pobre, pero el abuelo siempre tenía la sensación de que le iba a tocar ese billete dorado.
Charlie Bucket fue a una tienda donde vendían esos chocolates de Willy Wonka, y compró un paquete. Al llegar a su casa, abrió esa chocolatina delante de toda su familia y... le tocó por suerte!! El abuelo saltó y bailó muy feliz, y Charlie Bucket también. Él era uno de los cinco afortunados en todo el mundo, y estaba muy emocionado.
Ese día en el que tenían que ir a visitar la fábrica, le acompañó su abuelo. Era una gran experiencia para ellos y estaban muy muy muy felices. Willy Wonka solo se fijaba en Charlie Bucket y..... fue.....porque............e.....mu....esp.......pero en fin.......
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